INICIO DE LA CRONOLOGIA ANDINA
Por Rumi Kunturi
La historia del pueblo andino inicia desde la llegada
del hombre a la parte centro occidental de Awya Yala (Andes Centrales)
procedente de Asia a través de estrecho de Bering, aproximadamente hace 21000
años (Silva J.E.T., 2000), la primera evidente de presencia del hombre en los
Andes Centrales data de 15781 a.C. encontradas en la cueva Pikimachay, fase Ayacucho
(Yataco J.J., 2011).
La historia andina se divide en dos eras de acuerdo a
las actividades económicas, sociales y culturales realizadas por el hombre
andino, la primera mitad caracterizado por una economía depredadora y sociedad
itinerante que denominaremos puri pacha o era del nomadismo, y en la
segunda parte por una economía reproductora y sociedad aldeano – urbano que
denominaremos tiya pacha o era del sedentarismo.
El paso irreversible de nomadismo a sedentarismo marco
un hito de vital importancia para el pueblo andino, debido a que el ayllu
itinerante se convierte en un ayllu fijo o con identidad territorial, de esa
manera se convierte en una llaqta o pueblo (conjunto de ayllus). Cada llaqta ha
desarrollado ciertas particularidades acorde a su ubicación geográfica que
perduran hasta el día de hoy, sin embargo, comparten un tronco cultural
común.
Puri pacha comprende desde la llegada del hombre a la
región andina en el pleistoceno final que termina en el año 8000 a. C.
aproximadamente y se da el inicio del holoceno, hasta 5290 a.C., año en que se
inicia la cuenta del año andino, es decir año 0 para los andinos.
En esta era el hombre andino se caracteriza por
itinerancia, es decir, se desplazaban en busca de alimentos (caza y
recolección) y se refugiaban en cuevas, estaba organizado por lazos de
consanguineidad entre 25 a 50 personas, que vendría a ser un ayllu itinerante o
puriq ayllu. Uso de herramientas a base de piedra, se inicia primera división
del trabajo, mujeres se dedican a la recolección y los varones a la caza, su
economía es de subsistencia.
Los cazadores y recolectores vivían organizados en pequeños
grupos (bandas) con vínculos sanguíneos que puede ser entre 6 y 20 o más
integrantes de acuerdo a los recursos disponibles para su subsistencia
(Lumbreras L.G., 2010). Los grupos de cazadores o recolectores posiblemente no
sobrepasaban los 50 individuos por banda, una cantidad mayor pudo demandar más
inversión de energía y tiempo para obtener alimentos (Silva J.E.T., 2000).
Tales sociedades se organizan flexiblemente en grupos de trabajo (en función al
sexo y la edad) y en grupos familiares, siendo estos últimos más estables
(Salcedo L., 2012).
Los puriq ayllu (cazadores y
recolectores) eran sociedades igualitarias porque no había jerarquía social ni
poseían excedente económico, vivían de obtención de recursos día a día. La
supervivencia y bienestar de los miembros radicaba en la contribución de cada
uno al bienestar colectivo (Silva F., 2019). Todos trabajaban para el beneficio
del puriq ayllu, este tipo de trabajo es conocido como mink´a en la cultura
andina, por tanto, la mink´a tienen origen desde el establecimiento de los
primeros pobladores andinos.
En el transcurso de esta era el hombre andino adquiere
conocimiento de los ciclos vitales de las plantas que recolecta y animales que
caza, y las condiciones climáticas y geográficas que posteriormente pondrá en
práctica para evitar la exterminación de los recursos. En el primer momento
recolectaba y cazaba en forma indiscriminada, luego paso a ser selectivo, y
finalmente se inició con la agricultura y ganadería.
Desde el punto de vista arqueológico, la unidad
cultural más pequeño es el artefacto que son todas las cosas tangibles
(herramientas, restos textiles, cerámica, etc.) y en su conjunto se denomina
industria que viene a ser los artefactos que responden a un mismo objetivo
de producción (industria lítica, textil, etc.) (Deza J., 2017).
Un conjunto de industrias
tecnológicamente similares distribuidos sucesivamente en forma estratificada en
un sitio o en diversos sitios configurada en una región especifica y a un
intervalo de tiempo dado se le denomina complejo cultural, dichos
complejos con vinculación cultural dispuestos en una zona geográfica se llama tradición
cultural, los conjuntos individuales pueden aparecer o desaparecer en una
región dada, la tradición se mantiene por mucho más tiempo, aunque no siempre
en el mismo lugar. Las tradiciones definidas mediante un criterio
cultural son divididas en subtradiciones por un criterio geográfico, y
subdivididas en complejos por criterio cronológico (Salcedo L., 2014).
Teniendo como característica
principal a la industria lítica, en el puri pacha se desarrollaron dos
principales culturas que son: la cultura Lauricocha que se caracteriza por el
uso de lanza de punta foliácea y abarca casi la misma extensión territorial del
Tawantinsuyo, y la cultura Paiján que se caracteriza por el uso de lanza de
punta pedunculada y ocupa la costa norte de actual Perú llegando al sur hasta
Ica. Una industria lítica representa a un grupo étnico, y a su adaptación
independiente al ambiente y recursos (Briceño J. y Millones M., 1999).
La cronología de la historia
andina empieza desde que el hombre andino se establece en un área geografía
fija, es decir, deja de ser nómade y pasa a ser sedentario. De allí nace la
organización social andina llamado Ayllu y su respectivo guía conocido como
Kuraqqaq. Es el inicio de tiya pacha o año 0 andino.
Según Felipe Guamán Poma de Ayala ([1615] 2005) la
historia andina se divide en 5 periodos nombradas de la siguiente manera: Wari
Wiraqucha Runa de 800 años de duración, Wari Runa de 1300 años, Purun
Runa de 1100 años, Awqa Runa de 2100 años e Inka Runa en el
que nombra diferentes años de duración, tomare de 1522 años, donde dice que es
la duración del gobierno de los 12 Incas sin considerar a Atawallpa, lo cual
significa que Inka Runa termina en 1532.
Sumando los años de los 5 periodos resulta 6822 años,
lo cual quiere decir que, en 1532 de calendario gregoriano de la era cristiana,
el pueblo andino estaba en 6822 años. Retrocediendo 6822 años, el inicio de la
contabilidad de años andinos se remonta a 5290 a.C. en otras palabras, 5290
a.C. es el año 0 para el pueblo andino.
Además, el mismo autor refiere a los Wari Wiraqucha
Runa como los fundadores o paqarimuq runa, quienes inician a arar la tierra, y
surgimiento de Kuraqkaq o paqarimuq qhapaq apu. De acuerdo a lo mencionado, los
periodos descritos corresponden al inicio de tiya pacha o era del sedentarismo.
El año andino
empieza a contabilizarse desde el establecimiento de los ayllus itinerantes en
un territorio fijo y el inicio del desarrollo de la agricultura y la ganadería,
es decir, los Wari Wiraqucha son los que inician el sedentarismo, domesticación
de plantas y animales, y organización territorial.
El sedentarismo implica la ocupación casi todo el año
de una localidad próxima a fuentes de agua perennes, muchas veces con una gran
variedad de recursos alimenticios (Dillehay T., 2013). El sedentarismo debe ser
entendido en sentido cronológico de estadía permanente y estable por largo
tiempo, el manejo territorial puede ser más estable cuando los recursos
naturales son abundantes. En la costa se sustenta en la recolección de mariscos
y peces, en la puna en la caza de vicuña que tiene hábitos territoriales y
organización en banda y tropas, y en los valles interandinos está vinculado a
la agricultura (Morales D., 1998). El sedentarismo consiste en la opción de
vivir juntos varias unidades domesticas o de reproducción, formando familias o
comunidades unidas por vinculo de parentesco o cualquier forma de legitimación
de las relaciones de asociación (Lumbreras L.G., 2010). Con el sedentarismo
surge las tribus (llaqta) que es un conjunto de bandas ligadas por línea de
parentesco y congregadas en un territorio (Silva J.E.T., 2000). Con el
sedentarismo nace el ayllu que ha sido la unidad básica de la sociedad andina.
El sedentarismo empezó en los andes entre 6000 a 5000
a.C. en torno a camélidos, especialmente la vicuña, que permitió una caza
selectiva y organizada dentro de un territorio donde tenían un campamento base
de residencia estable con quehaceres domésticos, otros secundarios de matanza y
unos terceros eventuales (Morales D., 1998). Hacia el año 5000 a.C. se advierte
un crecimiento considerable en el tamaño de los asentamientos humanos, así como
un mayor número de yacimientos arqueológicos (Silva F., 2019).
El sedentarismo, de acuerdo a
su función y ocupación, puede ser: sedentarismo funerario (cementerio
permanente o localidad aislada para entierro de muertos durante varias
generaciones), sedentarismo ceremonial (representado por lugares donde
se realiza rituales o actos sagrados) y sedentarismo ocupacional (sitio
de residencia). Cuando se encuentra los tres tipos en una zona se denomina sedentarismo
inclusivo y cuando no se registran los tres, sedentarismo excluyente (Dillehay
T., 2013).
En Wari Mita consideremos los dos periodos de Guamán
Poma: Wari Wiraqucha Runa y Wari Runa porque los dos se caracteriza por un
proceso de sedentarización, domesticación de plantas y animales, y organización
territorial; como consecuencia se da el surgimiento de Kuraqkaq (Curaca) y
ayllu (aldea).
El ayllu es la unidad básica
de la sociedad andina, que viene a ser un conjunto de personas vinculadas
consanguíneamente y que viven en un territorio determinado (Rengifo G., 1996),
enlazado con la memoria de los antepasados (Choque M.E., et. al, 2000). Es la
familia extensa que radica en un espacio determinado (Deza J. y Delgado F.,
2018). Grupo de familias emparentadas, identificadas con un linaje (Shady R.,
2003). Es decir, es el conjunto de personas unidas por parentesco establecidos
en un territorio, provienen de un antepasado común, y comparten una historia,
cultural, religión, modos de vida, etc.
El florecimiento de los ayllus
y su progresivo conglomerado posibilitaron la aparición de los primeros centros
urbanos de diverso tamaño y complejidad. Los ayllus eran conducidos por
Kuraqkaq (curacas), y conjunto de ayllus hacen pachaca gobernado por un Huno
(Mendoza G., s.f.). No existió un poder institucionalizado, sino lideres
carismáticos (Kuraqkaq) que eran consejeros, el ayllu se autorregulaba y su
protección era responsabilidad de sus miembros, era autosuficiente (Silva
J.E.T., 2000). El territorio del ayllu estaba organizado en dos mitades o
sayas, hanan y urin, probablemente desde la sedentarización del puriq ayllu.
Conjunto de ayllus forman una pachaca, y a la vez las pachacas hacen una llaqta
o pueblo (Shady R., 2003).
La sedentarización en los
Andes Centrales se dio de acuerdo a la disponibilidad de recursos en diferentes
pisos ecológicos. En la costa se basó en el aprovechamiento de recursos
marinos, en la puna de la caza selectiva de camélidos y en los valles
interandinos (región quechua, entre 2300 y 3500 msnm) se asocia a la
agricultura (Morales D., 1998; Silva J.E.T., 2000 y Lumbreras L.G., 2010).
Posteriormente se implementó la agricultura en la costa y en la puna.
Los andes centrales tiene más
alto porcentaje de plantas domesticadas a nivel mundial (más de 56 especies), y
son las siguientes: a) macrotérmicos (yuca, achira, jíquima, camote, maní, ají,
pacay, guayaba y guanábana), b) mesotérmicos o interandinos (poroto, pallar,
leguminosa, calabaza, zapallo, mate, pepino, maíz, algodón, lúcuma, chirimoya,
palta, ciruela, callhua y arracacha) y c) microtérmicos o altoandinos (olluco,
oca, mashwa, papa, quinua, cañigua y amaranto) (Morales D., 1998). El 90% de
las plantas fueron domesticados durante los periodos arcaico (8000 – 1800 a.C.)
y formativo (1800 a.C. – 100 d.C.), 14% en arcaico inferior, 33% arcaico
superior y 27% en el formativo. Al menos el 75% fueron domesticados antes de
800 a.C. (Lumbreras L.G., 1970).
Hacia 6000 a.C. se consumía el
cuy domestico (cavia porcellus), y un milenio más tarde aparecieron
llama y alpaca domesticados, las evidencias arqueológicas más antiguas se
hallan en Lauricocha, fase II con 5000 a.C., Pikimachay, fase chihua entre
4550-3100 a.C., Telarmachay y Uchkumachay entre 4000 y 3500 a.C. (Amat H.,
2014).
Sitios arqueológicos
representativos:
Nanchoc (Cajamarca), fase
Tierra Blanca (5800-3000 a.C.), se encontraron restos de viviendas de base
rectangular con múltiples espacios, agrupados en la parte baja o el borde de
los abanicos aluviales con canales de riego y campos agrícolas comunales, y uso
ritual del espacio público en sitio cementerio de Nanchoc alejado de las
viviendas (Dillehay T., 2011).
Asana (Moquegua), fase
Muruq’uta (5800-4000 a.C.), se encontró restos de viviendas de base circular
con pisos preparados de arcilla, aparición de arquitectura publica, uso
intensivo de plantas y caza de camélidos (Aldenderfer M., 1999).
Pikimachay, fase Piki (5500 –
4200 a.C.), contiene resto de animales domésticos y de calabazas y quinua.
Aparentemente se combinó la recolección de plantas, cultivo, y el uso de
trampas para cazar. También se recuperaron huesos de cuy y piedras para moler
(Silva J.E.T., 2000).
Telarmachay, fase V superior y
IV (5500 – 3800 Cal. a.C.), desarrollo de la crianza de llamas y alpacas, la
frecuencia de restos de camélidos tiernos (68.21% y 72.99% respectivamente),
indican por sí misma la presencia de animales domésticos (Salcedo L.E., 2012).
Pachamachay (6000 – 5000
a.C.), campamento base de un sistema formado por seis campamentos secundarios,
con más de 19 estaciones que en su conjunto forman un territorio controlado por
un grupo no mayor a 25 personas que vivieron y usaron el área en forma
permanente y estable (Morales D., 1998).
Complejo Chinchorro, periodo
intermedio (momificación artificial), inicia 5000 a.C., caracterizado por
momias negras que representa la época clásica y tiene una duración de 2000 años
(Ariaza B. et al. 1994). Principales sitios sedentarios son: Morro 1, Camarones
14, Pisagua Viejo y Caleta huelen 42 en la costa, y Tiliviche 2 en el interior
(Guillen S., 1997).
Villa del Mar (5800 – 4200
a.C.) ubicado al lado sur de la desembocadura del rio Osmore a 100 metros del
océano y Yara (5800 – 4900 a.C.) localizado a 15km al norte de Ilo, ambos en
Moquegua. Se encontraron restos domésticos, basural y cementerio asociados a la
tradición Chinchorro. Aprovecharon recursos marinos y terrestres (Wise K.,
1999).
La Paloma (Chilca – Lima), fue
habitado entre 5700 y 2800 a.C. y sus viviendas (las excavaciones pusieron al
descubierto unas 420) tenían un espacio techado de 10,9 m2 promedio, dispuestas
una junto a la otra. La alimentación se basó en los recursos marinos (91%), se
recuperaron 251 entierros (Silva J.E.T., 2000). La esperanza de vida oscila
entre 20 y 25 años. Lascas de obsidiana son frecuentes en todos los estratos
(Benfer R., 1999).
Los Gavilanes (Huarmey – Lima)
época 1 (5640 – 4947 a.C.), se halló restos de calabaza (cucúrbita sp),
mate (lagenaria siceraria), achira (canna sp), maní (arachis
hypogaea) y pacae (inga feuillei). Aparece plantas cultivadas
relativamente temprano e importante que pudo haber jugado un rol fundamental el
vecino Callejón de Huaylas. Es considerado como lugar de almacén y está
relacionado con sitio 106 y 6 (Bonavia D., 2007).
Las Vegas, fase tardía (5840 –
4970 a.C.), ubicado en península de Santa Elena, representado por sitio 80,
aprovecharon recursos marinos abundantes e iniciaron cultivo de plantas
(zapallo, lerén y mate), se hallaron 200 esqueletos en entierros individuales y
colectivos (Stothert K. y Sanchez A., 2011).
El inicio de la cronología de
la historia andina planteada por Waman Poma se corrobora con la arqueología,
por tanto, la contabilidad inicia desde que el hombre andino se vuelve
sedentario, iniciándose en el año 5290 a.C. que es año cero para la historia
andina.
Actualmente el pueblo andino está conformado por los
descendientes de los hombres que han llegado al centro occidental de Awya Yala
(área cultural andina) procedentes de Asia como cazadores y recolectores, su
presencia se evidencia en la cueva de Pikimachay desde hace 17781 años. Al
inicio exploraron tierras vírgenes conformados en ayllus itinerantes poblando
todo el espacio andino entre 11000 y 9000 a.P., esta etapa nombrada como puri pacha
hasta su establecimiento en un lugar fijo.
Los restos humanos más
antiguos corresponden a hombre de Paiján que data de 8250 a.C. en la costa, y hombre
de Lauricocha que el más antiguo data de 6821 a.C., de estos últimos se realizó
estudios genéticos determinándose que los haplotipos de cromosoma Y hallados
están cercanamente relacionados con haplotipos modernos, demostrando
continuidad genética en los Andes, y los individuos 1, 2, 6 y 9 de Lauricocha
son portadores de grupo sanguíneo O, que se encuentra en más de 99% de nativos
sudamericanos contemporáneos (Tomasto E.L. et al., 2018).
Hace 7 313 años se establecieron en diferentes lugares
conformando ayllus (tiya pacha), crearon la agricultura y ganadería,
desarrollaron una cultura de acuerdo al condiciones geográficas y climáticas,
intercambiaron conocimiento y productos a nivel y regional, así se fue tejiendo
un tronco cultural.
Hace 5190 años se crea el primer estado en valle de
Supe con capital en Caral, iniciándose la integración del pueblo andino con eje
Caral-Kotosh, posteriormente habido más tres ciclos de integración como
Chawpin, Wari-Tawanaku y Tawantinsuyo. Hasta entonces se logró una homogeneidad
genética y cultural en los andes centrales (Sandoval J.R. et al, 2018).
En 1532 ocurre la invasión cristiana (España y
Vaticano), desde entonces el pueblo andino vive bajo ocupación extranjera.
Pasaron 492 años y pareciera que ha desaparecido, sin embargo, actualmente la
gran mayoría la población es andina en los estados coloniales de Ecuador, Perú
y Bolivia que es el núcleo del pueblo andino.
El territorio andino corresponde al Área Cultural
Andina, y comprende toda la zona de influencia cultural del hombre andino
durante los 17781 años de desarrollo cultural continuo, actualmente dividido en
estados coloniales de Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, Bolivia, Argentina y
Chile.
Área de influencia de la cultura andina ha sido
estudiado por Wissler (1926), Kroeber (1934), Stewart (1947), Bennet (1948),
Meggers (1954) y Lumbreras (1981), quienes teniendo como base los rasgos
culturales en común coinciden que el área cultural andina comprende la zona de
máxima expansión del Tawantinsuyo (Morales D., 1998). Tawantinsuyo ha sido la
última integración cultural y genética del pueblo andino.
De acuerdo a los actuales estudios genéticos
realizados en el territorio denominado como el área cultural andina
(territorio andino), se concluye que está poblado por grupos humanos de
predominantemente haplogrupo B, que en los últimos mil años habido una
homogeneización genética y cultural (Febren-Schmitz L., 2010). La región de
alta distribución del linaje B2 mitocondrial corresponde a la del antiguo
Tawantinsuyo (Sandoval J.R. et al, 2018).
El pueblo andino es como un árbol, tiene muchas ramas,
pero, un tronco común. Eso se debe a la gran diversidad geográfica y recursos
que tiene el territorio andino. Es decir, hay ciertas particularidades de
acuerdo a la zona en alimentación, vestido, baile, música, e incluso en idioma,
empero, todos los andinos tienen una sola concepción del mundo que es la
cosmovisión andina, y de ello, deriva su filosofía, política, religión,
economía, etc. que es común a todos.
El pueblo andino no
tiene fronteras coloniales porque es anterior a la formación de estos estados,
en la diversidad de sus expresiones es un solo tanto cultural y genéticamente.
Las fronteras del pueblo andino estas circunscritas por fronteras vivas, es
decir, hasta donde alcanza su influencia cultural y su pasado común.
EL AÑO 2024 DEL
CALENDARIO GREGORIANO DE LA ERA CRISTIANA, PARA EL PUEBLO ANDINO ES EL AÑO 7314.
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